EREVÁN, 26 DE AGOSTO, ARMENPRESS. El Departamento de Estado de los Estados Unidos respondió a la declaración absurda de Bakú con respecto a la designación de un nuevo copresidente del Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, según el cual tales acciones "no pueden contribuir a la normalización de las relaciones entre Armenia y Azerbaiyán".

Al referirse a la declaración de Azerbaiyán, el vocero adjunto de la oficina de Asuntos Públicos Globales, Vedant Pantel, señaló específicamente que el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, nombró a Philip Reeker "asesor principal para las negociaciones en el Cáucaso con el objeto de afianzar nuestro compromiso en el establecimiento de la paz en el Cáucaso Sur”.  "Como país, estamos comprometidos a facilitar el diálogo directo entre Azerbaiyán y Armenia a nivel bilateral y multilateral o a través de la cooperación con socios de ideas afines, para lograr un acuerdo de paz integral entre los dos países", señaló.

Pantel recordó una vez más que a partir de ahora el embajador Reeker representará a los Estados Unidos tanto en el Grupo de Minsk como en las negociaciones internacionales de Ginebra.

El 25 de agosto, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, anunció el nombramiento del experto diplomático Philip Reeker como principal asesor en las negociaciones sobre los temas del Cáucaso. De esta manera, Reeker desempeñará las funciones de copresidente estadounidense del Grupo de Minsk de la OSCE y actuará como jefe negociador de la delegación estadounidense en las negociaciones internacionales en Ginebra.

Esta decisión fue seguida por una declaración infundada del ministerio de Relaciones Exteriores de Azerbaiyán, que afirmaba que "... los intentos de revivir el casi extinto Grupo de Minsk pueden conducir a la retirada de los Estados Unidos del proceso de regulación de las relaciones entre Azerbaiyán y Armenia". El mismo ministerio también anunció que "el conflicto de Karabaj ya ha sido resuelto", y agregó que vincular la normalización de las relaciones entre Armenia y Azerbaiyán con la cuestión de Nagorno-Karabaj "no contribuirá de ninguna manera a la normalización de esas relaciones".