Jon Inarritu: “El reconocimiento del Genocidio Armenio por parte de Turquía no es sólo una cuestión de justicia histórica, sino también un imperativo moral”

En una entrevista con Armenpress, el diputado español Jon Inarritu se refirió al reconocimiento del Genocidio Armenio por parte de múltiples países y organizaciones internacionales, y a la política de negacionismo de Turquía después de 110 años.

Al respecto, señaló que la historia demuestra que cuando los crímenes masivos quedan impunes y no se reconocen, aumenta la probabilidad de que se repitan. Según el diputado, el reconocimiento por parte de Turquía del Genocidio Armenio no es sólo una cuestión de justicia histórica, sino también un imperativo moral.

Inarritu subrayó que la negación sistemática de Turquía no sólo es un insulto a la memoria de las víctimas, sino que perpetúa una cultura de impunidad.

“Turquía ha institucionalizado la negación como política de Estado, combinando revisionismo histórico, presión diplomática, amenazas económicas y campañas de desinformación financiadas mediante cabildeo internacional. Este enfoque socava la verdad, distorsiona el presente y cierra cualquier camino real hacia la reconciliación”, señaló el diputado.

A su vez, enfatizó que la comunidad internacional debe ir más allá de las declaraciones simbólicas o la diplomacia cortés.

“Se requiere una postura firme y de principios por parte de la comunidad internacional, acorde con el derecho internacional y los derechos humanos. El reconocimiento del Genocidio Armenio no es solo una cuestión de justicia histórica, sino también un imperativo moral. Además, se debe ejercer una presión multilateral sobre Turquía para que abra sus archivos, asuma su responsabilidad y avance hacia un reconocimiento pleno e inequívoco. La paz estable sólo puede construirse desde la verdad", señaló el diputado.

También hizo referencia a las circunstancias o condiciones en las que Turquía reconocería el Genocidio Armenio.

“El reconocimiento requerirá una profunda transformación cultural e identitaria. En este sentido, la confrontación de Alemania con su pasado tras el Holocausto es un ejemplo contundente. Solo cuando una sociedad confronta honestamente su historia puede iniciar una verdadera evolución democrática. En el caso de Turquía, esto significa desmantelar un nacionalismo fundamental basado en la negación. Es necesario que la sociedad civil turca, especialmente las generaciones más jóvenes, acepten el hecho de que más de un millón y medio de armenios, así como otras minorías cristianas como los asirios y los griegos pónticos, fueron exterminados sistemáticamente en los últimos días del Imperio Otomano. No se trata de reabrir heridas, sino de reconocerlas para sanarlas", enfatizó el diputado.

Inarritu añadió que el clima político actual de Turquía, marcado por el autoritarismo, el Islam político y las historias neootomanas, hace que tal reconocimiento sea poco probable en el corto plazo.

"Sin embargo, espero que con el tiempo surja otra Turquía, más democrática, pluralista y dispuesta a afrontar su historia sin miedo", enfatizó el diputado.

John Inarritu también habló sobre las negociaciones en curso entre Armenia y Turquía para normalizar las relaciones y el posible impacto de la cuestión del Genocidio Armenio en el diálogo armenio-turco en ese contexto.

“El hecho de que Armenia y Turquía estén dialogando es en sí mismo un avance positivo, especialmente en un clima global de polarización y estancamiento diplomático. Cualquier esfuerzo por el entendimiento mutuo, incluso si inicialmente se centra en cuestiones pragmáticas como la apertura de fronteras o los lazos económicos, debe ser alentado. Sin embargo, es difícil imaginar que el tema del genocidio ocupe un lugar destacado en esa agenda. Abordar esta tragedia requiere madurez política, determinación ética y coraje institucional, aspectos que lamentablemente faltan en el actual liderazgo de Turquía. No obstante, si el diálogo se mantiene en el tiempo y se basa en el respeto mutuo y la buena fe, puede crear gradualmente las condiciones para un enfoque sincero y constructivo a este problema de larga data del Genocidio Armenio”, señaló Iñárritu.

Según el diputado español, cuando se habla del Genocidio Armenio o de otros genocidios, la frase "nunca más" debería ser una promesa universal, aunque con frecuencia se convierte en un estribillo vacío.

“El caso armenio es simbólico. El hecho de que el genocidio se haya negado durante más de un siglo ha sentado un precedente peligroso. Una humanidad debe invertir en la memoria activa, la educación histórica rigurosa y la justicia transicional como pilares de nuestra base ética. Al mismo tiempo, la claridad es esencial: No todo crimen es genocidio, y trivializar el término distorsiona su significado. Sin embargo, cuando hablamos de exterminio sistemático, planificado y con motivaciones étnicas o religiosas, como fue el caso de los armenios, no debería haber ninguna justificación ni relativismo. Nombrar estos crímenes no es sólo un deber hacia el pasado, sino una garantía para el futuro”, concluyó John Inarritu.