El “ombudsman” de Artsaj difundió una lista de las violaciones de derechos humanos cometidas por Azerbaiyán

EREVÁN, 16 DE NOVIEMBRE, ARMENPRESS. La Oficina del Defensor de los Derechos Humanos de Artsaj difundió una declaración sobre los casos de violaciones del alto el fuego y vulneraciones de los derechos de la población civil por parte de Azerbaiyán entre 2020 y 2022.

En la declaración se señala que en los últimos dos años se han registrado violaciones del alto el fuego, terrorismo psicológico, alteración del normal funcionamiento de las infraestructuras, obstrucción de obras agrícolas, vandalización de valores culturales y centenares de claras exteriorizaciones de trangresión del derecho internacional humanitario que dieron lugar a violaciones del derecho a la vida, a la inmunidad física y psíquica, a la propiedad, a la libre circulación, a la vida personal y familiar, a los derechos culturales y religiosos, al derecho de inviolabilidad de la dignidad, a la prohibición de la tortura, los tratos inhumanos o degradantes y la discriminación.

La Oficina del Defensor informa que en el período comprendido entre el 10 de noviembre de 2020 y el 13 de noviembre de 2022, los organismos encargados de hacer cumplir la ley de Artsaj registraron 121 casos de delitos con resultado de daños materiales y humanos. Fueron asesinadas 18 personas (3 civiles y 15 militares), hubo 132 intentos de asesinato (54 civiles y 78 militares), 67 personas recibieron disparos y fueron sometidas a violencia física (de ellos 16 civiles). Cinco de las ocho personas que aparecieron casualmente en territorios bajo el control de Azerbaiyán fueron devueltas con evidentes rastros de violencia, tortura y fracturas. Entre las personas mencionadas devueltas al lado armenio, Artak Manasián, un residente de la región de Martuní nacido en 1989, ocupado en tareas relacionadas con el ganado, murió unos meses después.

“Durante los últimos dos años fueron atacadas trece casas residenciales, fueron dañadas o destruidas ocho maquinarias agrícolas, veintidós vehículos de transporte, otras dieciséis propiedades, fueron incendiadas cinco plantaciones, fueron arrebatadas a la población civil cabezas ganado menor y mayor. Los animales que cruzan accidentalmente a los campos de pastoreo bajo el control de Azerbaiyán no son devueltos, sino que son apropiados y utilizados por los miembros de las fuerzas armadas de Azerbaiyán”, dice el comunicado.

“Tales actos delictivos de Azerbaiyán se vuelven más intensos especialmente durante la temporada agrícola y la cosecha. El ejército azerbaiyano a veces entra en los huertos y obliga a punta de pistola a las personas que participan en la cosecha a dejar sus actividades. Como resultado de tal comportamiento, Aram Tepnants, residente de la región de Martakert, dedicado a la agricultura, y Seirán Sargsián, residente de la región de Martuní, dedicado a la cría de animales, fueron asesinados”, detalla el texto.

Desde el día del alto el fuego en 2020 hasta hoy, están directamente obstruidas las tareas agrícolas que se realizan en las zonas cercanas a la línea de contacto. Se efectúan disparos dirigidos contra civiles y equipos agrícolas, debido a lo cual se interrumpen las labores.

Según el informe, con el objeto de ejercer presión, se interrumpe regularmente la actividad de infraestructuras vitales, tal como ocurrió en marzo de 2022, cuando toda la población de Artsaj se vio privada del suministro de gas y calefacción durante unos veinte días debido a la explosión de un gasoducto por parte de Azerbaiyán. Continúan silenciadas por medio de silenciadores especiales las conexiones y las comunicaciones. Contrariamente a los llamados y declaraciones de varios organismos internacionales, después de que se instauró el alto el fuego se registraron gracias al monitoreo de fuentes abiertas más de cien casos de vandalismo, destrucción y profanación de tumbas y valores espirituales y culturales armenios en los territorios bajo ocupación azerbaiyana.

La oficina del Defensor del Pueblo informa que la política de armenofobia continúa a nivel estatal en Azerbaiyán. La propaganda de odio se lleva a cabo con la participación directa del presidente de ese país, del poder gobernante y de personas con influencia pública. En los jardines de infantes y en las escuelas de Azerbaiyán continúa el llamado método de educación "patriótico" basado en el odio hacia los armenios.

"Todas estas acciones son pruebas testimoniales de la conducta de Azerbaiyán de consumar la limpieza étnica de Artsaj y de someter al pueblo de Artsaj a un nuevo genocidio. Son más elocuentes que el falso pacifismo y las falsas promesas de la dirigencia azerbaiyana”, concluye el comunicado.