“El derecho de libre determinación de Artsaj no es negociable” - Declaración del Consejo Supremo Espiritual

EREVÁN, 4 DE NOVIEMBRE, ARMENPRESS. En la reunión del Consejo Supremo Espiritual convocado en la Santa Sede de Echmiadzín del 1 al 4 de noviembre bajo la presidencia del Katolikós de todos los armenios, Su Santidad Karekín II, se discutió la difícil situación en torno de la República de Armenia y la República de Artsaj. Al finalizar el encuentro se emitió una declaración que transcribimos aquí en su versión completa:

"Expresamos nuestra profunda preocupación por la continua agresión de Azerbaiyán contra Armenia y Artsaj, particularmente por los serios desafíos que amenazan a las Repúblicas de Armenia y Artsaj como resultado de la guerra de 44 días de 2020 y del ataque del 13 de setiembre de este año, así como los desarrollos geopolíticos y regionales desfavorables que rodean a los dos Estados armenios.

Nos preocupa mucho el deterioro de los valores espirituales y morales en la vida de nuestro pueblo, la crisis de identidad, la polarización en la sociedad, los crecientes sentimientos de incertidumbre y ansiedad sobre el futuro y la voluntad de emigración, que con su influencia corrosiva dificulta la superación de los desafíos existenciales presentes.

Elevamos nuestras oraciones a Dios y enviamos nuestro aliento a los valientes soldados del ejército armenio y al heroico pueblo de los asentamientos fronterizos, que con excepcional dedicación y abnegación están resistiendo las invasiones y los ataques hostiles.

Brindamos pleno apoyo a nuestro pueblo de Artsaj en su demanda por el derecho de libre determinación, que fue expresada en la declaración de la Asamblea Nacional de la República de Artsaj hace unos días, y reafirmamos que el derecho de libre determinación del pueblo de Artsaj no es negociable.

Saludamos los esfuerzos de la comunidad internacional y de los países amigos destinados a alcanzar la estabilidad y la paz en la región y una solución pacífica del conflicto a través de negociaciones. En el marco del proceso de solución pacífica, debe priorizarse la liberación de prisioneros de guerra y civiles retenidos y la devolución de los cuerpos de los fallecidos.

Con gratitud, enfatizamos la misión de las fuerzas de mantenimiento de la paz en Artsaj para garantizar la seguridad de nuestro pueblo.

Hacemos un llamado a las autoridades de la República de Armenia para que hagan todo lo posible para eliminar las líneas divisorias en nuestra vida nacional, detener los enfoques discriminatorios basados en creencias políticas, superar la atmósfera de odio y enemistad, iniciar un diálogo significativo y saludable que involucre a todos los círculos nacionales, para que sea posible garantizar la unidad nacional de la República de Armenia y la seguridad de la República de Artsaj, restaurar la integridad territorial, prevenir posibles nuevas y dolorosas pérdidas humanas y territoriales, y defender consecuentemente el derecho a la autodeterminación del pueblo de Artsaj en plataformas internacionales.

Superar estos desafíos es vital y requiere un sacrificio incesante de las autoridades, de la Iglesia, de las estructuras nacionales y de todo nuestro pueblo. La patria es la garantía de la permanencia de la nación, por tanto, para sacar al país de la situación de extrema crisis, es necesario excluir toda aspiración e interés sectorial.

Instamos a todos los armenios que viven en el país y en todo el mundo a unirse en defensa de la soberanía y la integridad territorial de Armenia y del derecho a la autodeterminación de Artsaj.

En el transcurso de la historia, hemos enfrentado muchas veces las situaciones más difíciles, pero por voluntad de Dios, nuestro pueblo, a costa de muchos sacrificios, con su alta conciencia nacional y su fe inquebrantable, unión y diligencia, supo superar todas las dificultades. y construir su nueva vida. Con la misericordia de Dios, nuestro pueblo superará con dignidad esta prueba.

Oramos por los connacionales muertos, heridos, capturados y desaparecidos y por las familias desplazadas con violencia como resultado de la guerra, implorando la solidaridad y el consuelo del Señor Todopoderoso para todas las almas amargadas y afligidas y para todo nuestro pueblo.

Que Dios Misericordioso conceda la paz al mundo entero y mantenga solidarias a las naciones y a los pueblos, derramando su gracia de amor y de reconciliación en los corazones y las almas humanas”.